Para aquellos con presupuestos más ajustados, la segunda prioridad se centra en mejorar la predicción de gastos, lo que subraya la necesidad de comprender la trayectoria del gasto antes de que se descontrole. En contraste, para aquellos con mayores presupuestos, la mejora en la predicción de gastos ha caído al quinto lugar, indicando un mayor nivel de madurez en las capacidades de previsión.